Como reza el refrán chino: "El dragón dio a luz a nueve crías, pero ninguna se convirtió en dragón". Este proverbio ha circulado desde antaño entre el pueblo chino. No obstante, no existe ningún documento aclaratorio sobre el significado de esos nueve hijos.
Durante el reinado Hongzhi (1487-1505) de la dinastía Ming, un buen día, al emperador Xiaozong le asaltó una curiosa duda: "He oído decir a menudo que el dragón dio a luz a nueve crías, pero ¿quiénes son?" De inmediato, envió a un eunuco a hacerle la consulta a Li Dongyang, entonces ministro de Ritos y gran secretario superior. Pese a ser un hombre erudito e instruido, Li se vio en apuros porque no podía encontrar una respuesta a esta sencilla interrogante. Recordaba que la había leído en algún libro pero no le venía a la cabeza en cuál. Por tanto, Li no tuvo más remedio que acudir a Luo Qi, funcionario de la Academia Hanlin, quien desafortunadamente solo conocía cinco o seis de ellos. Luego, fue a preguntarle a Liu Ji, funcionario del Ministerio de Personal, quien encontró la lista de las nueve crías del dragón en un viejo cuaderno, cuya fuente no consiguió determinar. Sin más alternativa, Li se vio obligado a entregarle esta lista al emperador. Posteriormente, Li dejó constancia de la anécdota en una de sus obras, gracias a la cual hoy podemos conocer la respuesta que le dio al emperador Xiaozong:
"El dragón dio a luz a nueve crías, pero ninguna se convirtió en dragón porque cada una tenía un vicio.
A Qiulong, el primogénito, le gustaba la música y por eso lo encontramos en la cabeza del largo puente del huqin (instrumento tradicional chino).
A Yazi le gustaba la matanza y por eso lo encontramos en la virola de la espada.
A Chaofeng le gustaban las aventuras y por eso lo encontramos en las esquinas de los tejados.
A Pulao le gustaba rugir y por eso lo encontramos en las agarraderas de las campanas.
A Suanni le gustaba permanecer sentado y por eso lo encontramos en las bases de los ídolos budistas.
A Baxia le gustaba llevar cargas pesadas y por eso lo encontramos en el pedestal de la lápida.
A Bi'an le gustaba litigar y por eso lo encontramos en los picaportes de la puerta de la prisión.
A Bixi le gustaba escribir y por eso lo encontramos a ambos lados de la lápida.
A Chiwen le gustaba tragar y por eso lo encontramos en las cumbreras de los tejados.
A pesar de que Li Dongyang cumplió con el pedido del emperador, la lista era un revoltijo de fuente desconocida y con muchas incongruencias. Liang Zhangju, erudito de la dinastía Qing, la cuestionó en uno de sus libros: "Li Dongyang afirmó que encontró la lista en un cuaderno, pero sospecho que la inventó por conveniencia y para cumplir la orden del emperador". Si las comparamos con los patrones decorativos de las antiguas reliquias, veremos que Qiuniu, Yazi, Chaofeng, Pulao, Bixi y Chiwen son en realidad variantes de dragón. A su vez, Baxia es un tipo de tortuga, Suanni, un tipo de león, y Bi'an, una suerte de tigre –animales que no guardan ninguna relación con el dragón. Los nombres de las nueve crías de la lista de Li Dongyang aparecen frecuentemente en los libros antiguos. Lu Rong, erudito y político de la dinastía Ming, en su libro Ensayos en el Jardín Shuyuan, dedicó un capítulo a los patrones de estas variantes de bestias encontradas en vasijas antiguas sin hacer ningún tipo de referencia a la relación entre ellas y el dragón. En vez de resolver el misterio de las nueve crías del dragón, la lista de Li Dongyang generó mayor controversia aún. Como consecuencia, surgieron listas con un orden diferente y hasta listas con nuevas bestias tales como la glotona Taotie, la taciturna Jiaotu, la potómana Songfu, entre otras.
En realidad, los supuestos "nueve hijos del dragón" no son necesariamente nueve. En la cultura tradicional china, se suele usar el número "nueve" para describir una gran cantidad. De acuerdo con Wang Zhong, académico de la dinastía Qing, cuando el número de objetos era superior a dos, se utilizaba el "tres" para decir que eran varias y se usaba el "nueve" cuando la cantidad era más grande. Además, en el taoísmo el "nueve" es el número con más energía yang. Esta fue la razón que dio paso a la creencia popular de que el dragón tuvo nueve crías. De cualquier manera, estas crías son el resultado de la evolución de los patrones de dragón, las cuales no sólo han enriquecido los temas de dragón en las decoraciones, sino que también han ofrecido más opciones de embellecimiento a la arquitectura y artefactos antiguos. Estos patrones auspiciosos siempre han sido muy populares entre el pueblo chino. Hoy en día, en el Museo del Palacio Imperial aún se pueden apreciar la impronta de la mayoría de los nueve hijos del dragón excepto Baxia, que se puede encontrar en el pedestal de la lápida por su afán de llevar cargas pesadas, y Bi'an, que se puede encontrar en la puerta de la prisión debido a su afición por los litigios.